Prosa en la posguerra
En los años cuarenta, la novela estuvo marcada por el exilio de numerosos escritores. Al igual que en la poesía, se pueden distinguir dos corrientes:los que están conformes con el nuevo orden(novela idealista) y los que cultivan el realismo existencial.
Esta línea irá desembocando en narraciones de tipo realista, como es el caso de la trilogía Los gozos y las sombras, de Torrente Ballester, que narra la decadencia de una familia en los años previos a la Guerra Civil.
Ramón J. Sender Francisco Alaya Max Aub
Novela idealista
Durante los primeros años del franquismo se publican novelas propagandísticas que exaltan la guerra y el régimen dictatorial, como es el caso de Javier Mariño, de Gonzalo Torrente Ballester. Otros autores, como Enrique Jardiel Poncela, tratan de olvidar la guerra y se centran en personajes de la vida corriente o se inclinan por lo humorístico.Esta línea irá desembocando en narraciones de tipo realista, como es el caso de la trilogía Los gozos y las sombras, de Torrente Ballester, que narra la decadencia de una familia en los años previos a la Guerra Civil.
Gonzalo Torrente Ballestar Enrique Jardiel Poncela
Realismo existencial
En paralelo con la poesía desarraigada, las novelas de esta corriente son un reflejo amargo de la vida, y sus temas son la soledad, la muerte, la frustración de las ilusiones y el desarraigo.
En esta línea destacan la novela Nada, de Carmen Laforet, que narra la experiencia de una muchacha que llega a Barcelona en la posguerra, La sombra del ciprés es alargada, de Miguel Delibes, que se ambienta en una gris ciudad de provincias encorsetada por su moral.
El escritor gallego Camilo José Cela inaugura con la novela La familia de Pascual Duarte una variante del realismo existencial llamada tremendismo, que hace hincapié en los aspectos más sórdidos de la realidad.
Carmen Laforet Miguel Delibes Camilo José Cela
Narrativa del exilio
El tema central delos escritores exiliados es España. Entre ellos destaca Max Aub y su ciclo de narraciones de la Guerra Civil; Ramón J. Sender, que en Réquiem por un campesino español relata la vida de un campesino republicano asesinado; y Francisco Alaya, con Los usurpadores y la cabeza del cordero.



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