La Prosa Romántica

En el género narrativo también se aprecian las características generales del Romanticismo, especialmente la exaltación del yo, la libertad, el rechazo de la realidad y el sentimiento de nación. Una de las obras más significativas de la prosa romántica son las Leyendas de Bécquer, aunque el principal escritor es Mariano José de Larra.
En esta época surgieron tres subgéneros narrativos:
  • La novela histórica: Constituida por relatos verosímiles, pero sin la pretensión de ser rigurosos históricamente. El héroe de estas novela representa valores del pasado que se miran con nostalgia. José de Espronceda cultivó este subgénero en su obra Sancho Saldaña, pero la novela histórica más importante de esta época es El Señor de Bembibre, de Enrique Gil y Carrasco.
  • La novela gótica: Estas novelas exploran mediante el terror la parte irracional del ser humano. En ellas aparece la ambientación del Romanticismo, con personajes angustiados y solitarios, y la presencia de elementos sobrenaturales.
  • El cuadro de costumbres: Ligado al periodismo, nace del gusto romántico por mostrar las tradiciones peculiares de cada lugar. Se trata de pequeñas estampas narrativas y descriptivas que recrean los tipos humanos, el habla y las costumbres propios de las distintas religiones españolas. Los principales escritores fueron Serafín Estébanez Calderón y Ramón Mesonero Romanos.

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